El triángulo imaginario que evoca en el hemisferio norte de la esfera celeste está formado en sus vértices por
Altair,
Deneb y
Vega y conecta las constelaciones de
Águila,
Cisne y
Lira. Las tres estrellas que lo forman son las
estrellas alfa de su propia constelación.
Altair es unas 10 veces más brillante que el Sol y se encuentra a 16,6 años luz de distancia.
Deneb es unas 70.000 veces más brillante que el Sol y se encuentra a 3.230 años luz (aunque las últimas mediciones del satélite
Hipparcos indican que está a 1.425 años luz y su luminosidad es de 54.400 veces la del Sol). Y
Vega es unas 52 veces más brillante que el Sol y se encuentra a 25 años luz.
Comparación estimada entre
Deneb (izquierda) y el
Sol (derecha).
La estrella
Vega fue la
Estrella Polar hacia el año 12.000 a.C, en vez de
Polaris, y volverá a serlo en el 13.727 d.C. Esto es debido a que el eje de rotación de la
Tierra cambia periódicamente siguiendo un trayecto circular en la esfera celeste. Este suceso es conocido como
precesión de los equinoccios y dura 25.770 años. No sé yo si nuestra civilización llegará a ver a
Vega como
Estrella Polar...
El
Triángulo de Verano visto en el contexto de una noche estrellada.
Recordemos que una
constelación es una agrupación convencional de estrellas y cuya posición es aparentemente invariable a lo largo de los siglos. La constelación más pequeña es la
Cruz del Sur, que ocupa 68º cuadrados (menos de 0,17% del cielo) y la más grandes es
Hydra que ocupa 1.300º cuadrados (3% del cielo). Según la
Unión Astronómica Internacional (UAI) hay
88 constelaciones actualmente. Se perdieron denominaciones de constelaciones por ser demasiado modernas como Apis, Jordanus, Solarium, etc.
La más antigua cuyo uso se perdió fue
Antínoo, creada en el año 132 por el emperador romano
Adriano en favor del joven griego y probable amante. Esta constelación se encontraba al sur de la del
Águila. Antínoo supuestamente se suicidó para salvarle la vida al emperador tras las indicaciones dadas por un astrólogo de que su muerte daría una vida próspera y larga a Adriano. Se crearon multitud de leyendas para enaltecerle y hasta una ciudad: Antinoópolis en el antiguo Egipto.
La siguiente es la imagen de la
esfera celeste, en español.